La Línea de Sombra

“La Línea de Sombra” de Joseph Conrad, un libro, en parte autobiográfico. Dónde el autor nos narra su propia experiencia de vida, ese paso de la juventud a la madurez, te das cuenta que la vida, ya no es igual, lo que era juventud, jovialidad, alegría, vivir al día sin pensar, sin preocuparnos del mañana, se convierte en madurez, ser adulto, responsable, preguntarnos las cosas de la vida, tener esa necesidad.

“Sí, caminamos y el tiempo también camina, hasta que, de pronto, vemos ante nosotros una línea de sombra advirtiéndonos que también habrá que dejar atrás la región de nuestra primera juventud.”

¿Cuándo somos conscientes de ello? Justo, en ese momento hemos cruzado la línea, se nos hace visible, descubrimos ese otro estado de la vida.

¿Habrá una línea de sombra  entre la madurez y la ancianidad? Será tan visible, tan significativo, que seamos conscientes, sí, seguro,  lo sabremos…

Uno de los días, será, el día de la jubilación, ese ansiado y renegado día, por no ser útil para la sociedad, solo para ti. Dejar de trabajar, es qué, ¿se deja de trabajar algún día? No, no lo creo. Son las situaciones que nos desconciertan.

Hay un termino sánscristo proveniente del Hinduismo, “maya”, ilusión, nuestro mundo es una ilusión, nosotros nos fabricamos nuestro  propia realidad, nuestros sentidos se encargan de hacernos ver lo que queremos y es cuando cruzamos la línea de sombra, cuando somos conscientes de nuestra verdadera realidad, ese abrir los ojos, mirar sin ataduras, ver con los ojos desnudos, ver con el corazón.

Y  habrá  más días, te pesará el cuerpo, te notarás más torpe, tu mente funcionará despacio y el mundo será diferente, debemos de ser conscientes de esa línea de sombra, sin embargo, el paso del tiempo, camina a la par que nosotros, la decrepitud es lenta e inaplazable, nos vemos día a día, hasta  que llega ese momento que no nos reconocemos, que no somos nosotros.

Nuestro protagonista, se da cuenta que tiene que dejar su trabajo como segundo oficial de un barco, como marino un trabajo que le apasiona, pero sabe que ha llegado la línea de sombra, y debe replantearse su vida, volver al principio, para seguir.

Cuando, sin saber, posteriormente le ofrecen ser Capitán de su propio barco, su destino lo determina, y en este estado se encuentra:

“Los diez minutos que siguieron, lo mismo habrían podido ser diez segundos  que diez siglos, a juzgar por la falta de conciencia que tuve de ellos. Los transeúntes podrían haber caído  muertos en torno a mí, desplomarse las casas, tronar los cañones, sin que me percatase de nada.”

Ese momento de éxtasis, de estar en otro mundo, de sentirte volar, eso, que la vida se detiene, y tú no estás en este mundo, lo has abandonado para unirte a los dioses, flotar entre las nubes, estar por encima del bien y del mal, ser de otro planeta, ser ligero como los pájaros al viento, y se acabo, que la vida sigue y tenemos que volver al mundo de los vivos.

En su momento, leí, algunos de sus libros y ni fu ni fa, aventurero, marino, siempre me ha llamado la atención, y leyendo este libro, que llego a mis manos por azar, destino, me ha conmovido, y sobre todo me ha hecho reflexionar, sentir sus palabras como propias en algunos pasajes, y una comunión de espíritus errantes, de aventura. Sentir que ha llegado el momento de hacer algo, abandonarte a tu suerte, y ni plantearte porque lo haces, si no, no la harías, ese dejarte llevar por la vida.

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