Sexto día del confinamiento, hace un rato publiqué la entrada de estos días pasados, ya más de lo mismo, acabamos de terminar de aplaudir y voy a mi salida diaria a tirar la basura, se ha convertido en mi obligación, los primeros días había más interés en sacarla, pero ya ha perdido ese componente de la emoción de salir. He dejado de ver un poco la tele, las noticias es más de lo mismo, más casos y más fallecidos, esto va para largo.
La única buena entre comillas, Fernando Simón, el médico portavoz que nos cuenta todas las novedades del coronavirus en la tele, que nos trasmite esa tranquilidad desde su saber, que nos habla con naturalidad como si fuéramos niños, que cuando nos lo cuenta nos lo creemos, que es realista y no tiene un guion preestablecido, nos trasmitió un poco de esperanza, que el porcentaje de incremento de contagios había disminuido, si el jueves fue de un 24 por ciento el viernes fue de un 17, es un dato relevante, entre comillas, mañana puede ser que aumente, eso tenemos que evaluarlo en la tendencia, pero bueno, me quedo con ese dato, en mi opinión de momento positivo, ya seguiremos viendo los demás días.
Los balcones se han convertido en nuestros escaparates, son nuestras ventanas al exterior, miramos a la calle y a los demás balcones, intentado saber que están haciendo el resto de la gente en sus casas. Están encerrados a cal y canto, ni siquiera salen a aplaudir, estarán muy ocupados o temerosos.
Séptimo día de encierro, seguimos asumiendo nuestro confinamiento, eso es lo que hay, o esto es lo que es, esta mañana ha amanecido lloviendo, además lloviendo bien, me ha dado alegría, era una limpieza ambiental y mental, a la vez que se limpiaban las calles, se limpiaba mi mente, ver llover relaja y sienta bien a las plantas y en general a todos. Si ya se había reducido la contaminación en más de un cincuenta por ciento por el parón, con la lluvia era como si la naturaleza nos quisiera ayudar y le fuéramos ganando la batalla al virus, me comenta mi hermano que a ver si se ahogan.
Los coches circulan lentos por la lluvia y por el temor que se ha apoderado de todos, van con esa precaución propia de cuando tienes el miedo metido en el cuerpo, que eso es bueno, no vaya a ser que puedan tener un accidente y tengan que ir a urgencias.
Como hay menos coches o casi no los hay, por las mañanas se oyen los pájaros cantar y me da la sensación que no pasa nada, que sus trinos nos protegen, se me olvida lo que está pasando, ellos están al margen o se lo imaginan, yo creo que lo saben y por esos nos cantan para que nos entretengamos y seamos un poco más felices.
Vamos a empezar el día y van ocho, asumido, resignado, ya no es una sensación esto va en serio y muy en serio, es la realidad. Como cuando nos levantamos de una pesadilla y nos consuela ese despertar, ahora no, esto sigue después de despertar, el sueño se ha hecho realidad y despertar no es la solución.
Ha vuelto a amanecer lloviendo, los pájaros cantan, las nubes se levantan, nuestros amigos cantan a pesar de la lluvia, domingo y sin coches, pasa alguno olvidado, sin recuerdos de otro tiempo mejor. El día está gris, como nosotros y el mundo a mi vista, parado, no se mueve nada, el trinar de los pájaros, el murmullo de la lluvia, el goteo incesante, no hace viento, algún gallo canto a lo lejos, podía ser un día normal, pero no lo es.
Nuestro Presidente del Gobierno ha salido esta mañana en una rueda de prensa y ha anunciado que el estado de alarma se va a prorrogar otros 15 días más, nos vamos hasta el 12 de abril por lo menos. Lo sabíamos, pero no nos lo queríamos creer.
Noveno día de confinamiento y tenemos las mismas perspectivas de ayer y el mismo futuro que mañana. Solo debo de pensar que debemos continuar con las rutinas, de limpieza, yoga, deporte, comer moderadamente, leer, escribir… para intentar no pensar lo que tenemos encima.
Hoy ha salido un rayo de sol, la alegría ha durado poco en la casa del pobre, al momento se ha nublado y ya ha permanecido así todo el día. Hasta el sol nos está abandonando.
Las noticias las dejo para cuando vayan las cosas mejor, ahora mismo no hay ganas, ni humor.
Hay gente que lo está pasando mal, que están contagiadas, que tiene familiares contagiados, y no pueden verlos, que tienen mujeres, maridos e hijos en primera línea de fuego, sobre todo los sanitarios, que ellos mismos están viendo la enfermedad de frente, que nadie se lo están contando, por ellos tenemos que ser fuertes, se lo debemos, aguantar y no salir de casa y hacer las cosas como nos las dicen, por ellos…
Los pobres viejecitos, asustados en sus casas solos, en las residencias, después de una larga vida de trabajo, esfuerzo y de sufrimiento en muchos casos, tienen el miedo metido en el cuerpo. Las noticias hablando de cómo se mueren en las residencias, mejor no saber, temerosos de las noticias.
Y van diez días, podría decir que han pasado rápido, pero es mentira, van lentos y día a día. Decir que me he acostumbrado también es mentira, eso es lo que quiero pensar, la realidad es distinta, hay días regulares y más regulares.
Sí, vamos a por el día diez y de momento nos quedarán como mínimo veinte, solo llevamos un tercio, a seguir en la lucha.
Una noticia buena, en el fin de semana anterior, solo hubo un muerto en la carreteras españolas, es verdad que hay menos coches circulando, que la gente conduce con más precaución. Esto quiere decir que circulando menos coches, la probabilidad de accidente será menor, otro factor a tener en cuenta sería el número total de coches. Resumiendo que me estoy liando, en primer lugar: menos coches, en segundo: se conduce con mas precaución y tercero: al haber menos coches menos probabilidad de colisión. Creo que ya está explicado más o menos.
Lo que está ocurriendo en las residencias de ancianos, no tiene nombre, procuro no ver las noticias, pero al final es inevitable. En la radio que somos radioyentes, hemos cambiado de emisora por música, por favor ya está bien de penas. Volviendo a las residencias de ancianos, la UME, unidad de emergencias. Los militares están desinfectando y se han hecho cargo de algunas tareas dentro de ellas, ante los contagios de residentes y trabajadores. Lo que han visto, no está gustando, los responsables políticos en las ruedas de prensa han comunicado cosas malas y muy malas de lo que está pasando dentro de ellas.
Por favor, que habrá algunas, haberlas, pero también habrá algunas que funcionen bien y traten bien a los viejecitos, con amabilidad y con mucho cariño y los tengan en exquisitas condiciones.
No debemos de ser alarmistas, debemos de contar las cosas como son, dar nombre y apellidos de los que lo estén haciendo mal y no generalizar. La residencia tal y tal… pero no lanzar comentarios al aire, sin saber que hay muchas familias que tienen a sus mayores en estas instituciones y están preocupados, con razón.
Al igual que con las verdades a medias o los bulos que lo único que hacen es dar falsas esperanzas o derrotismo y decir lo mal que funciona todo, algo estaremos haciendo bien, tenemos que ser optimistas, a pesar de todas las zancadillas y las críticas las dejaremos para cuando esto acabe, ahora no es el momento de dar batalla, esta es una guerra abierta y entre todos la vamos a ganar.
Esta mañana me he pesado, de semana en semana y estoy igual, me lo estoy tomando como un experimento para ver cómo me afecta el encierro y si debo de cambiar algo en mi alimentación. Las rutinas de deporte, mezcladas con actividades de casa están dando resultado, no nos podemos abandonar, que suficiente tenemos con lo que hay en la calle.
Seguimos dándole aplausos y todas nuestras fuerzas a los sanitarios, policías y a todos aquellos que contribuyen a que esto funcione.
Ánimo a todos y que la fuerza os acompañe.