La siesta

Eso que pasa cuando después de comer, te recuestas un poco en el sofá y te quedas transpuesto. Es como un elixir narcotizante que se apodera de ti, de forma lenta y progresiva, vas entrando en el mundo onírico, sin escapar del mundo de los vivos; la fuerza te abandona, las palabras las escuchas en otra dimensión, ya estas en el modo siesta y no te has enterado.

Cuando era pequeño odiaba la siesta, mi Padre era de siesta diaria, de pijama y el Mua y sus hermanos no podíamos hacer ruido, teníamos que estar calladitos, que si no se despertaba el Papi y repartía estopa. Nuestros juegos siempre terminaban en algún grito ¡¡Ya la hemos liado¡¡

Me dije a mi mismo que nunca me echaría la siesta, que era una perdida de tiempo y así estuve un tiempo, pero claro vamos cumpliendo años y lo que pasa; ahora no puedo vivir sin ella, ¡¡qué cosas tiene la vida¡¡ No digas de esta agua no beberé. Qué es pecado y se termina cumpliendo.

En los sueños, cuando dormimos, hay cinco fases por las que tenemos que pasar, cuatro de sueño lento NO REM y una de REM (movimiento ocular rápido). La fase uno y dos es un sueño ligero y ese es el bueno para la siesta es reparador, creo que de veinte a treinta minutos a partir de los cuarenta malo; las otras tres fases son de sueño profundo de relajación total de los músculos, de desconexión total exterior, si nos despertamos en una de esta fases nos sentimos cansados y confusos. Estos ciclos duran sobre dos horas; si los repetimos dos, tres y hasta cuatro veces durante la noche, genial, nos levantamos con ganas de comernos el mundo.

El sueño es necesario para  la vida mantener el equilibrio físico y mental, sin dormir nos moriríamos, difícilmente aguantaríamos más de diez días. Los síntomas: visión borrosa, dolor muscular, ansiedad, alucinaciones y más y más.

Esa primera parte es muy reparadora, se te enfría el cerebro y después de esa cabezaa, no más de treinta minutos, por favor, estás listo para afrontar lo que quieras, has cargado las pilas, si te pasas malo…

Es un placer, no sé si el más, creo que no, pero ahí esta, a veces es tan necesario como el respirar, te hace sentirte bien y solamente con ese ratito tú tarde cambia.

Hemos exportado algo a Japón, la siesta, aunque allí lo llaman “Inemuri” que seria dormir despiertos, dormitan por el metro, en sus propios lugares de trabajo, encima de su escritorio, y  no está mal visto. En algunas empresas han dedicado una sala dedicada a nuestra siesta, con luz tenue, música relajante y a dormir la siesta, es el momento zen de la siesta. Que listos son estos Japos.

Hasta creo que tenía que ser obligatorio ¡¡Después de comer no se puede trabajar¡¡ Qué venga Dios y lo diga.

La siesta empieza a ser un negocio  rentable, los “Siestódromos” nos ofrecen un lugar para echar un cabezaa. Estos lugares ya existen en Nueva York, Londres, Paris, Tokio y ahora llega a Madrid. Sobre todo para la gente que no puede volver a su casa al medio día, ahí tienes el sitio para dormir la siesta. Me parece una apuesta genial.

La siesta de pijama y orinal de Camilo José Cela, esa ya es un siesta con un par… me parece excesiva, pero en ocasiones cuando no has dormido bien por la noche o no has podido… a deleitarse de la siesta.

Bueno chicos a disfrutar de la siesta a dejarnos confundir por su hechizo y ha convertirnos  en adictos a esos pequeños momentos que nos iluminan y nos hacen felices. La siesta si breve dos veces buena.

 

 

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