Paseando por lugares extraños o por lo menos así me parecen, he paseado muchas veces por estos sitios y hoy no sé porque, los veo diferentes, quizás los miro con otros ojos, con ojos de explorador, de esta forma cobran significado y me dicen algo.
El sol tiene otro color, el verde de las plantas es más verde, otros días tenía los ojos cerrados para ver esos colores, en ocasiones conectamos con esa fuerza interior que nos hace ver la realidad de otra forma, con colores más vivos, los contornos son más claros, las figuras están más delimitadas y todo tiene ese color diferente, ver con los ojos del corazón, escuchar lo que te dice la naturaleza en sus esplendor, bonita, bella y con sus tonalidades de colores, ese azul del cielo que es maravilloso, todos los tonos azules, mezclados con blancos, oscuros y claros.
Paseando, me cruzo con una mujer extranjera, joven con el pelo oscuro pero muy blanca de piel, y a pesar de llevar yo las gafas de sol, he notado que se me ha quedado mirando, llevaba un niño en un carrito de bebe y, que se ha chocado contra una farola, y le ha dado al niño con el pie en la farola. Me he quedado mirando y bloqueado a la vez, iba a acercarme a ver si le había pasado algo pero rápidamente ha seguido su camino, como avergonzada por el golpe, he observado que al parecer no se había hecho nada el niño, ni ha llorado ni nada, poca cosa. Ella ha seguido y yo también, cada uno a lo nuestro como si no hubiera pasado nada, pero, he seguido acordándome un rato del incidente, medio riéndome por dentro. Las caídas, golpes tontos, porrazos y demás nos hacen gracias y nos reímos del daño ajeno. Los payasos nos hacen reír con sus tortazos, caidas y patadas en el culo, se ve que lo llevamos dentro de nosotros.
En ocasiones nos quedamos mirando algo, que nos absorbe tanto que nos despistamos, o simplemente estamos en nuestros pensamientos y el resto del mundo se para hasta que nos chocamos, un obstáculo que antes no estaba, que los espíritus lo han puesto para darnos cuenta de la realidad y ese golpe nos devuelve. A mí me pasó con la bici, iba por la acera e iba mirando los coches, era una acera en subida escalando encima de la bici y me choqué lateralmente contra una señal, un golpe fuerte que me caí, no me hice daño, pero el golpe me lo lleve, cosas que pasan, los despistes se pagan. Y lo primero que hice fue subirme rápidamente a la bici y seguir sin preguntarme si me había hecho daño y lo segundo mirar si me había visto alguien, qué cosas, por el tema de la vergüenza propia.
Paseando por sitios diferentes ves diferentes personas que te quedas mirándolos pensado, ¿a dónde irán? ¿O a qué se dedicarán? ¿O de dónde son? Tendrán prisa? Me planteo muchas preguntas de las personas que me cruzo, me entra esa curiosidad de saber cosas de otras vidas, esa cabeza que no para, no sé si ellos también pensaran esas cosas de mí o seré yo solo el que se plantea cosas extrañas de la gente. Me imagino que cada uno pensamos en nuestras cosas y que cada uno tendrá sus inquietudes. Me entretiene imaginarme historias.
Iba una pareja mayor con un perro de esos grandes que son muy buenos, ahora no me acuerdo del nombre son como color canela, el perro tiraba del hombre que no podía, se le cruzaba y no le hacía caso, la mujer algo más joven , con sus leggings en plan deportista y llevaba una barra de pan, iba yo paseando y la acera era estrecha por ese sitio y he permanecido un rato detrás de ellos por no adelantarlos, yo he seguido andando y cuando volvía, al rato los he vuelto a ver de regreso y estaban hablando con otro matrimonio más joven, sus perros estaban jugando y se estaban contando cosas de perros, en fin, que la vida sigue.
En mi paseo también he visto un montón de grupos de ciclistas, qué alegría de día, de sol, de vida y de saberte vivo y poder contaros estas pequeñas historias, que en principio no nos dicen nada, pero si me sirve para observar esta realidad y darme cuenta de otras personas, de sus vivencias y de qué forma interactúan con nosotros, una gran cantidad de gente, que no sabemos que ni existen, eso que te pones a mirar a los que te vas cruzando y cada persona tiene una cara diferente, también podemos observar su estado de ánimo, si están contentos o tristes o simplemente no tienen sentimientos, no nos dice nada. Es una forma de pasar el rato de imaginarte historias y de saber que de alguna forma se pueden cumplir o que forman parte de ese plan divino de la vida, te imaginas siendo Dios planeando la vida de los demás para que se cumplan esos sueños. Bueno…siempre algo se puede hacer.
Por eso me gusta la palabra «empatía», me gusta su significado pero no como suena, ponernos en el lugar de otra persona, es un hecho muy relevante, porque podíamos ser nosotros los que estamos en el otro lado de la valla, este hecho si lo tengo presente y lo aplico en mi día a día.
Y mañana más y mejor…