Diario del coronavirus XXIII

Esto lo escribo, el último día del año pasado, sin saber…

Otro año, otra vida, otros sueños o más de lo mismo, eso no lo sabremos hasta que este año se nos desnude y nos enseñe lo que lleva dentro, difícilmente. El 2020 sonaba bien, era un número con música, visual, y  llevaba sorpresa escondida, qué cosas, quién no lo iba a decir, y sí, un año para olvidar, para pasar página, para vivir, para soñar…

Son números de un calendario, o tiene ese otro significado, solo son números, tienen ese valor que le damos, somos nosotros lo que le damos la importancia que no tienen. Los números nos dicen cosas y los interpretamos, ellos no  nos amargan  la vida, serán nuestros ojos los que miran,  y no sabemos si nos dicen la verdad, o es esa realidad que queremos ver.

Hoy, terminamos el 2020, un año malo, donde los haya, y dejar paso al 2021, lo tiene fácil, hoy estoy contento este termina, solo son el paso de segundos, minutos y horas, con la cosa, que, aunque simbólico, me da buena espina, esa sensación de bueno, es como decir, mejor que el pasado seguro…

Ya estoy en un nuevo año, y todo sigue igual, la pandemia sigue y la crisis socio-económica continúa, a lo largo del año las cosas irán mejorando con las vacunas, nos sentiremos más seguros y tendremos más ganas de hacer cosas. Le daremos su tiempo al año, que acaba de empezar, no nos impacientaremos, que nos va a dar igual.

Vaya mal año¡¡¡ O que mal lo he empezado, como dice el refrán, las cosas no son como empiezan sino como acaban, y eso solo, es lo que me consuela.

Quería contaros y hablaros sobre los mitos y las tradiciones antiguas, esas que desdeñamos por arcaicas, nos creemos que lo antiguo, esta pasado de moda o que ya no tiene valor, que lo moderno es mejor y tiene más enjundia, esto no quiere decir que tengamos que vivir en la prehistoria, pero que debemos saber conjugar, la tradición con la modernidad y que en el equilibrio esta la virtud, el camino del medio como decía Buda, saber mantenerte en medio de dos aguas.

Actualmente vivimos en una sociedad muy informatizada, digitalizada, donde las redes sociales tiene un papel destacado en la relaciones de las personas, claro, si las podemos llamar relaciones, hemos dado paso a comunidades de amigos virtuales.

No un tiempo pasado tiene que ser mejor, ni peor, es diferente, la vida es diferente, ya no somos los mismos de antes, ni esos chicos, son los queremos nosotros, ni ellos se divertirían con nuestros juegos. Pero, a la velocidad de  vértigo que va la sociedad y la evolución de este tiempo, me tiene loco, ¿hasta dónde vamos a llegar?, ¿esto tiene fin?

A lo que le estoy dando vueltas últimamente, es a coexistir lo antiguo y lo moderno, intentar recuperar algo las tradiciones, lo que éramos, la vida sencilla, olvidarnos de los móviles, dejarlos en casa, salir a la calle y dejar todo eso tan importantísimo aparcado, eso que tenemos que estar hiperconectados, que nos va la vida en ello.

Ejemplo, mi móvil de las 22,00 a las 8,00 horas está en silencio, intento desconectar, es mi momento de relax, de series, pues nada, que lo tengo en la mesa y de vez en cuando lo muevo para ver si tengo algún mensaje, que no lo hago consciente, es ya un movimiento inconsciente. Y si lo pongo fuera de mi alcance, y me dé por pensar…me tengo que levantar a ver, de verdad, se ha convertido en una obsesión. ¿Pero qué hay tan importante que no pueda esperar? Si yo tampoco lo entiendo, se ha convertido en algo adictivo.

Las redes sociales son adictivas, pero tener un móvil en la mano, tener todo la realidad virtual a tu alcance lo hace más peligroso. Deberíamos levantarnos por la mañana y tirar el móvil por la ventana, ¡no¡ perdón, mejor apagarlo y guárdalo en un cajón durante una semana, y seguramente nos daríamos cuenta, que no pasa nada que el mundo sigue, a pesar  que tu no estés conectado.

Me he ido un poco del tema, con las redes sociales, volver a lo sencillo, ese va a ser mi objetivo durante este año, volverme un chico sencillo, pero si ya lo soy¡¡¡, eso digo yo.

2 comentarios sobre “Diario del coronavirus XXIII

  1. Feliz año nuevo Goyo!!
    Atrasado, pero sigue siendo enero. Ojalá que el 2021 mejore en gran medida y nos regale las esperanzas que el anterior nos quitó. Aunque no quiero sonar tan Grinch del 2020, pues a pesar del virus, a pesar del dolor y todas las consecuencias terribles, 2020 ha sido el año que vino a enseñarnos mucho. Y respecto de lo de las redes sociales, tienes toda la razón, que ganas de arrojar el celular por la ventana, porque si, es justo eso de lo que dan ganas y no solo de guardarlo en un cajón, la vida funcionaba de forma más sana cuando estos aparatitos no eran más que eso, aparatos, hoy en día parece que depositamos a voluntad toda nuestra vida en ellos, olvidamos que seguimos teniendo el control y bueno…

    En fin, abrazos desde México

    1. Igualmente Aubescrit, si un año difícil, pero en definitiva de vida, de aprender a ser nosotros, saludos desde España y q todo te vaya bien. Un abrazo

Los comentarios están cerrados.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: