Eso que pasa sin darnos cuenta, eso que forma parte de nuestra vida y que echamos de menos cuando nos falta o cuando lo queremos.
Eso que va a su ritmo, que él sólo marca su velocidad, que somos simples marionetas a su capricho, que a veces nos quiere y a veces nos odia.
Cuantos factores influyen en el tiempo, creo que uno de los más determinantes es nuestro estado de ánimo. Cuando lo estamos pasando bien, no nos acordamos de él, pasa y pasa y se nos diluye como la vida misma. Pero cuando por el contrario lo estamos pasando mal, el reloj no marca las horas, ¡Qué horas, ni minutos¡
Que relativo es, cuando éramos niños queríamos ser mayores y el tiempo no pasaba, ahora, si queremos que vaya a una velocidad más lenta para saborear la vida, esos momentos bellos que nos regala de vez en cuando.
La canción de Dani Martín “Qué bonita la vida” me viene como anillo al dedo.
https://www.youtube.com/watch?v=XBuYmneAQ28
La letra entre otras cosas es un canto a la vida, a esta vida que tanto queremos y a la que a veces poco caso la hacemos, algunas de sus estrofas son geniales, tienen una necesidad de expresarse y de sentir… “Qué bonita la vida, que te da todo de golpe y luego te lo quita, te hace sentir culpable, a veces cuenta contigo, a veces ni te mira, qué bonita la vida… y tan bonita es que a veces se despista… Que bonita la vida, que regalo tan grande, que luego te lo quita, te hace no ser nadie, a veces un sin sentido…” Esa vida que todo te lo da y que igual te lo quita, ese sin sentido…
Volviendo al espacio-tiempo, a las tres dimensiones, a la vida material, a la vida de los sentidos, para eso necesitamos el tiempo, sin tiempo no hay nada, no hay vida, es lo que determina todo lo demás.
Si no existiera el factor tiempo, todo sucedería a la vez, todos los momentos estarían en uno, ahora me viene a mi mente cuántica, los mundos paralelos, infinitos mundos sucediendo a la vez y cuando pasa esto no hay tiempo, se agota, lo hemos derrotado.
Ha pasado el tiempo, agua pasada no mueve molinos, lo podemos interpretar y decir que tiempo pasado no mueve molinos, no debemos de volver hacia atrás, pero sí nos atormenta y nos lo recuerda día a día; el tiempo como algo inmaterial que nos derrota por su eternidad; en un pasado, en otros tiempos no había tiempo, solo el tiempo de disfrutar y vivir, eso era todo y nos sobraba. Ahora siempre hablamos del tiempo, ese tiempo que nos martiriza, nos humilla, nos avergüenza, nos falta -¿O no queremos tenerlo?- Nos gustan las prisas, vivir agobiados, estar pendientes del tiempo, que el tiempo nos marque las horas, sin prisas no nos sentimos cómodos, nos creemos que lo estamos perdiendo que la vida se nos escapa, que ignorantes nos hemos vuelto, que pocas alegrías nos devuelve el tiempo, que medida tan dañina y sin saber nos tiene atrapados en su movimiento.
Siempre la misma historia, todo se repite y se repite en el tiempo hasta que nos creemos nuestra propias mentiras, tendemos a etiquetar todo, esto es blanco o negro, yo estoy contigo o contra ti, nunca hay termino medio y así nos ha ido en la vida de la humanidad, por llamarlo de alguna manera, si por humano entendemos lo que llevamos pasado los humanos. En todo este tiempo hemos ido evolucionando hacia el Humanismo, una corriente intelectual que quiere recobrar los valores tradicionales de clasismo griego y donde la persona humana se erige en el centro del universo y la vida gira en su entorno. Pero que recorrido tienen esas corrientes se diluyen o no llegan a la totalidad se queda en nada, en un idealismo, una utopía, un querer sin solución, una carrera sin meta, en conclusión en el aire.
Lo que pensamos, lo que hacemos, no coinciden con la realidad y es esta la que lleva las de ganar y la que al final nos hace actuar, todavía estamos muy condicionados por el pensamiento de este tiempo y el cambio será cuando nos demos cuenta de este sueño o ilusión. ¿Y los fracasos nos sirven en nuestra evolución?, sí, pero los fracasos tienen un pero, el pero del día a día que nos hace volver a la realidad y nos pone con los pies en la tierra, y nos dice que somos humanos y en este mundo se viene a aumentar vuestra conciencia y a intentar ser buenos y esos pequeños obstáculos nos debe de hacer más y mejores personas.
El inconsciente colectivo de Carl Jung, esa lugar donde habitan todos los pensamientos, vivencias, experiencias y toda la inteligencia de la humanidad y yo diría de la existencia, siempre que hablamos de él, nos referimos a los humanos y yo siempre he creído, que es de todo lo seres vivos o mejor de todo lo habido y por haber. Y por esto quiero alumbrar el ejemplo que sigue:
Hay un acontecimiento que me llamo mucho la atención cuando lo leí por primera vez, creo recordar, “La teoría del centésimo mono”. En una isla habitada por un número de unos cien monos, les cambiaron su alimentación por patatas para comer, se la comían con tierra y esto les ocasionaba molestos dolores de barriga. En un momento determinado un mono empezó a lavar las patatas para comérselas, esto, ocasiona que otros monos por imitación empezaran a lavarlas también, Pero el hecho relevante fue que en otras islas, los monos empezaron también a lavar las patatas, pero lo realmente curioso, los monos entre sí no habían tenido ninguna contacto.
¿Como se dio esta transferencia de la información? Ese inconsciente colectivo es universal y también forma parte los animales, divididos en grados de consciencia según su evolución en la cadena de conocimiento.
Si es posible y en este experimento se puede constatar que a través de otro tipo de comunicación se ha llegado a conocer una forma diferente de comer las patatas.
El concepto acuñado “masa critica”, cuando un número suficiente de individuos de una misma especie adquiere un conocimiento, este supera esa masa crítica y se extiende sin necesidad de comunicación. Esto es un hecho constatable. Lo que quiero hacer hincapié es en el hecho relevante que nosotros también somos animales y se nos olvida. Recordatorio.
En nuestra propia evolución también se puede observar cambios en el conocimiento y en nuestro grado de consciencia. Los sucesos ocurren por algo todo tiene un porqué, aunque nosotros en la mayoría de los casos no lo entendamos pero ocurren y nos seguimos preguntándonos por esa causa inexplicable.
Al final y por el principio vive la vida y tan bonita es, que a veces se despista…
Siempre con el carro alado detrás… Yo ya no… Me encanta Jung… Y por supuesto que todos los seres vivos se incluyen en el inconsciente colectivo no me cabe la menor duda, aunque creo que la clasificación según el nivel de consciencia a la que te refieres es muy relativa, no creo que dependa de la especie sino de cada individuo en particular, o acaso no hay monos mucho más listos y evolucionados que humanos ?.. Y perros, y gatos.., si hay que clasificar, algunos humanos estarían los últimos de la fila.. 🙏
Jo…q razón tienes..🤣🤣🤣
🤷🤷🤷🤷