En Microsoft hay una habitación sin ruido y no ya sin ruido sino que absorbe el ruido. Es una habitación dentro de otra y esta en otra y así sucesivamente hasta seis habitaciones de 30 centímetro de grosor cada una de ellas. Se llama cámara anenóica y esta en el edificio 87 de Microsoft, la utilizan para probar el sonido de los altavoces de la tablets y de los portátiles. El sonido mínimo que el ser humano es capaz de escuchar es de 0 decibelios, por debajo de este valor, no oiríamos nada, pero esto no quiere decir que no haya sonido. Por ejemplo, un susurro son 30 decibelios, nuestra respiración 15 decibelios, el sonido de las moléculas del aire al chocar sería de -24 db, en esta cámara han logrado llegar a – 20,6 db al borde del no sonido.
Nadie ha podido estar en este sitio mas de una hora, no lo soportas te vuelves loco y quieres salir, la voz humana deja de sonar, al no rebotar las ondas en las paredes no hay sonido. A esto se llama sonido imperante. Como no se oye nada ni exterior, ni interior, nuestra mente empieza a buscar sonidos, nuestros propios latidos, el ruido de las tripas, la respiración…
Cuando prácticas meditación te das cuenta que el silencio tiene ruido, es como un eco que crece y se desvanece, es como el latido de la tierra o el eco de la propia expansión del universo, desconozco si tiene algo que ver con el ruido de la tierra o es nuestra propia mente que lo crea al no poder soportar el silencio. Lo cierto, te enganchas al no sonido y por otro lado no podemos soportar el silencio sepulcral, vivimos con el ruido instalado en nuestras vidas y no lo podemos apartar de golpe, bueno un poquito de ruido por favor.