Día después de las elecciones, el pueblo soberano elige y nunca se equivoca, los votantes tenemos razón no queremos a los mismos políticos, prepotentes, arrogantes y mentirosos, queremos caras nuevas, con una nueva forma de gobernar, con más humildad, no sabemos si lo harán mejor o peor, pero lo que sí estoy seguro que entusiasmo y ganas no les va a faltar.
Se creían que el cortijo era suyo y que podían hacer de su capa un sayo, pero el pueblo ha votado en conciencia y nunca se equivoca; no lo estarían haciendo tan bien. Esto nos sirve para pensar que en política todo no vale todo, queremos sobre todo gente honesta, independientemente que se equivoquen o tomen decisiones no acertadas. Ahora se abre un paréntesis de incertidumbre y en mi caso de esperanza.