De vuelta a Cartagena a ver a la familia, siempre es una alegría, mi hermano ya me tenía preparada una ruta por los alrededores de Cartagena, por el llamado monte Roldan. Había oído mucho hablar de él, pero no lo conocía, para mí era un enigma, y como no puede ser de otra manera ahora tocaba, esas cosas que sabes que van a pasar y pasan. El día de antes ya me hablo de hacer una caminata, pero esa misma noche, después de un día sin parar, mi hermano había perdido las fuerzas y la cosa quedo un poco en el aire. Ya en casa y por la noche me manda un audio, mi hermano es mucho de audios, y yo también le estoy cogiendo el gusto por la facilidad de expresarte y no tener que escribir, lo cuentas y ya está, listo. A lo que iba en el audio me decía que pasaba a recogerme a las 8,00 horas, que nos íbamos de ruta montañera.
Voy a contar, más o menos lo que me conto mi hermano después de hacer la ruta, le dije que me mandara un audio explicando el recorrido que habíamos hecho, cuando íbamos andando me lo iba contando, pero con mi mala cabeza se me va olvidando y él me lo vuelve a contar y yo lo expongo, con mis palabras.
Iniciamos en el kiosco llamado de Miguel, en Tentegorra, en los canales del Taibilla, empezamos a andar por un camino rodeado de pinos y vegetación, en media hora a un buen ritmo para mí, llegamos al mirador del Roldan, un sitio espectacular por sus vistas, te sientes conectado con ese mar en calma, por lo bonito de sus acantilados y vemos toda la bahía de Cartagena, parece una postal, el mundo está quieto, el tiempo de detiene, las palabras se quedan cortas, eso que no puedes explicar que tienes que sentirlo, y difícilmente comunicarlo.

De ahí salen varias rutas, a la derecha hacia el Puntal del Moco a la izquierda a la batería del Roldan, nosotros bordeamos todo el monte Roldan, por la llamada senda del Jabalí, divisando toda la costa, la playa de Fatares, las isla de las Palomas y nos dirigimos hacia la Parájola, famosa por el hundimiento del carguero Castillo de Olite que es bombardeado y hundido, muriendo 1400 personas, un luctuoso acontecimiento. La tragedia naval mayor de la España contemporánea.

La Batería de costa de la Parajola fue construida por la Sociedad Española de Construcción Naval entre 1926 y el 1931 en el plan de fortificación de las bases navales, entre ellas Cartagena, una vez artillado y en servicio esta batería con cuatro pies los llamados víkers con un alcance de 21 km, durante el suceso del 1939 en la mañana de 7 de marzo, el vapor Castillo de Olite que intentaba entrar en Cartagena con fuerza nacional a desembarcar para tomar la ciudad y no percatándose del resto convoy Nacional había desistido y al no funcionar los sistemas de radio, se quedo aislado y solo, se decidió lanzar un disparo desde las baterías de San Leandro lo que el barco respondió virando sin darse cuenta que se puso de forma horizontal con el segundo disparo, el proyectil alcanzo una de las bodegas de munición provocada una violenta explosión y hundiendo rápidamente el buque, de los dos mil hombres murieron 1400. Una tragedia…
Esta batería siguió en funcionamiento hasta 1994 desartillándose posteriormente sus piezas para chatarra ese mismo año.

Después de la Parajola subimos al Cristo de los Buzos, un pequeño Cristo en lo alto de un promontorio y con unas vistas increibles, en honor a los buzos fallecidos, y también se pide por los vivos por alguna cosa que deseamos que se cumpla. Se le pone algún objeto personal, pulsera, cinta… el problema que cuando vuelves, sin entenderlo la gente se lo ha llevado. Mi hermano puso algo y hoy ya no estaba, la vida y la gente sin escrúpulos, no se puede entender, eso solo tiene un valor sentimental, y no un valor material, me quedo sin palabras…

Del Cristo de los Buzos iniciamos una bajada más abrupta por acortar terreno, se hace rápido y las piernas bajan solas, controlando no caerse, mirando al suelo y siguiendo la senda de mi hermano, sin preocuparme mucho de hacer camino, solo estar concentrado en lo que tengo delante de mi vista, bordeamos el Monte Roldan y de ahí bajada hacia el parque de los Canales, de vuelta al kiosco de Miguel para la hidratación pertinente con unos cacahuetes y una cerveza bien fresquita. Y fin de recorrido. Una ruta de dos horas y media, que se hace bien y esperando para la próxima. Gracias Javi por descubrirme una Cartagena que no conocía.
Bonita ruta y magnífico relato. Saludos para ti y tu hermano, que seguro conocerá bastantes senderos chulos. A disfrutar Goyo, un abrazo
Gracias.Manolo.