Mi viaje a Ocaña, un viaje de vuelta, la ida ya la hice hace tiempo, voy con mi madre y mi hermano, vamos los tres, allí nacimos, son nuestros orígenes. Mi madre es oriunda y mis abuelos maternos también, es una ilusión de volver o retornar al origen a lo que fuimos, a lo que he sido y a lo que soy. Sin saber, necesito este viaje de reencuentro con un pasado olvidado y muchas veces recordado.

Cuando mi hermano me dijo que quería ir con mi madre a Ocaña a ver a su Virgen de los Remedios, su patrona. Nada más comentármelo me entran muchas ganas de ir, me ilusiono, una sensación de vértigo, de no poder resistirme, algo que siempre ha estado ahí, en otras ocasiones no tenía necesidad, esa que sí tengo ahora, era algo más grande que yo que me arrastraba que me atraía hacia ese pueblo de reencuentro.

Ir con mi hermano y madre es importante y estar con mi madre y poder hacerla un poco más feliz, un orgullo, esta vez no podía fallarla, esa sensación que a veces tenemos que no hacemos las cosas bien por más que te esfuerzas, eso no quería que me pasara, no quería tener que arrepentirme.
Viví en Ocaña desde que nací hasta los cinco años y tengo pocos recuerdos, algunos tengo: uno malo que casi me atropella un coche en la carretera nacional, a la salida del colegio, estamos esperando para cruzar la calle, me tienen cogido por el chubasquero, me resbalo y el coche frena justo cuando me van a atropellar, si recuerdo que lo pase fatal que salí corriendo buscando a mi padre. Otro recuerdo en el colegio, un columpio circular de estos que dan vueltas. Otro, luctuoso, como se nos gravan los malos recuerdos, en el patio de un jardín de una casa-pabellón donde vivíamos, había un pájaro y recuerdo que lo pasé muy mal porque se lo comió un gato.

Viaje realizado, corto pero con muy intenso, ha sido un abrir y cerrar de ojos, de esos que tienes tantas ganas que lo quieres vivir tanto, que no te enteras.
Me he reencontrados con mis primos de Aranjuez y con mis primos y mi tía de Ocaña. La mayoría de mi vida hemos vivido solos, digo sin familia, hemos estado en ciudades a las cuales no conocíamos a nadie, sí muchos amigos pero nada de familia, ese reencuentro que hacíamos en nuestras vacaciones de infancia, lo hemos vuelto a hacer en la edad adulta, ya maduritos y la experiencia muy buena.

Vale sí, ya vamos cumpliendo años y te apetece ver a tu sangre, como dicen los sevillanos, tus primos y familia, una atracción que no sabes, pero que existe, te sientes atraído a hacia algo que te llama. Una nueva sensación de sentirte unido a algo que va más allá de ti.
Mi madre muy contenta ha visto a gente que hacía muchos años que no veía, las fiestas del pueblo con su gigantes y cabezudos y sobre todo mi madre quería ver a su hermana y a su virgen de los Remedios hemos asistido a la misa, muy bonita y luego por la tarde había una procesión.

La Virgen de los Remedios
Ver a mi Tía que es la única hermana viva que tiene a mi madre, nos ha emocionado mucho. A pesar de cumplir años sigue teniendo el mismo humor y sus bromas que no sabes si son en broma o en serio, te dejan parado, sin saber que contestarle.
La feria de Ocaña, sin las atracciones y los puestos de feria en la Plaza Mayor es menos feria. Los han trasladado a la periferia, porque dicen que el ruido molesta a las piedras, que como lo han restaurado, no vaya a ser que se les moleste y en cambio si ponen un grupo de música por las noches, esos decibelios se ve que no les molesta, un despropósito, que su razón de ser tendrá, pero yo no la encuentro.
Me ha dado mucha alegría ver a los gigantes y cabezudos con su charanga, de pequeño me daban miedo, iban moviendo los brazos, se balanceaban y creía que me iban a coger y pensaba que los que iban dentro eran así de grandes.

Gigantes y cabezudos en una calle el pueblo
En los pueblos las fiestas las viven todos sus habitantes, son muy intensas, nosotros íbamos a desayunar sobre las 9 y todavía estaba la gente por las calles tomando cubatas y la orquesta tocando acompañando la fiesta. Qué bien se lo pasan que alegría de fiesta y de vivir. Habrá que repetir.

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